domingo, 16 de mayo de 2010

POR FAVOR, REGALAME UN BESO…


Llevaba mucho tiempo ensayando para este día. Y no es una obra de teatro ni un recital, no hay telones ni público, solo ella y yo. Y yo tengo un color a ratos blanco y a ratos rojo. Me he sentado en una de las escaleras de su porche, a esperar que me volviera el color natural a mi cara. Me levanto de golpe, noto un pequeño mareo, y pico al timbre.
-Hola, Rodrigo, ¿qué quieres?
-Me preguntaba si…
-Vamos hombre pregunta… no te cortes…
- Que si me regalarías un beso. –Lo he soltado así, sin darme cuenta.
-Y, ¿Qué harás con un beso?
-¿Qué harías tú?
-Pues creo que guardarlo en una caja, muy fuerte, y mirarlo todos los días y sonreír.
-Pues yo no, en cuanto me dieses el beso, lo dejaría volar, volar hasta el horizonte, hasta que no pueda distinguirlo…
-Y, si lo pierdes… ¿Qué harás luego?-¿Luego?, pedirte otro beso, por favor.

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