martes, 7 de enero de 2014

El hombre gaviota

De tota la cadena tròfica,
només quedava aquesta vacant,
Home gavina,
i t'hi vas aferrar desesperat,
per estimar-te el mar com ningú.
desesperat d'ombres taronges, dels
arbres fruiters, de la casa de jove,
ara: un llaüt i una pipa,
tota propietat de
l'Home Gavina.

Cuando empezaron a reírse de él
los críos,
Hombre Gaviota,
empezó a chillar (escupitajos
del color del tabaco, salados
como el mar).
Y empezó a encerrarse y a
envolverse, en sus blancas alas.
Cuándo no pudo más,
volando se fue al horizonte,
Hombre Gaviota.

Ya el mar recuerda sus besos,
boca con boca, lenguas ardientes,
Hombre Gaviota,
y llora y se sacude el polvo,
de turistas desnudos,
de dragones y niños,
y recuerda esos labios y esas plumas,
de un viejo refunfuñón, que le amaba,
y le cantaba una vieja y triste canción, de
Hombre Gaviota.