martes, 18 de mayo de 2010

Monotonía


Subían las mujeres la cuesta, y, ya cansadas, en la puerta de la iglesia, hablaban de sus viejas cosas. Abrieron la puerta y, tiesas y arrugadas, entraron en las fauces del antiguo edificio.
Los niños, mientras, sacaban las bicicletas de los garajes y las hacían correr por los viejos empedrados. Repicaban los guardabarros, y hacían levantar las garrotas a los viejos.
Una chica va hacía el pozo, saca agua y bebe. Está fría. Coge más. Bebe. Hoy es un día de calor. Vuelve para casa.
El cielo es muy azul, aplasta las calles y las casas, que ya viejas, se quejan con crujientes gemidos. Los pájaros vuelan bajo, y los perros no ladran a los extranjeros.
Una mujer se moja los pies en un balde después de haber trabajado toda la mañana.
Pasa el día de puntillas por el pueblo. Enseguida es de noche, y en las casas se empieza a cenar. Caldo en la mayoría de mesas, los niños protestan, las viejas también. Salen las mujeres a las puertas de casa. Hoy se irán a pronto. Los niños suben arriba, se estiran en la piedray cuentan estrellas. Hoy hay muchas. Caerá alguna.
Está el pueblo durmiendo entero. Ya empieza a clarear.
Suben las mujeres la cuesta, y, cansadas, se ponen a hablar de sus viejas cosas. Abren la puerta y, tiesas y arrugadas, entran en la boca del antiguo edificio.
Los niños, mientras, sacan sus bicicletas de los garajes.

Nada ha cambiado. Bueno, sí. Hoy hay nubes en el cielo.
*Felicitats, mama!

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